El pasado domingo 24 de abril los coruñeses tuvimos oportunidad de observar un curioso fenómeno astronómico; durante unas 12 horas se pudo ver una enorme luna blanca brillando en la ciudad a plena luz del día. Y es que el AidaLuna resplandece allí donde va.
Fue un dejavú, ya que la escala fue casi calcada a la realizada una semana antes por su compañero de naviera y cuasi gemelo AidaBlu el pasado día 17. Esta vez el AidaLuna madrugó un poco más y pasadas las siete de la mañana se dirigía hacia su amarre en el muelle de transatlanticos marcha atrás tras realizar el giro a la altura del castillo de San Antón.
En sus 13 cubiertas los pasajeros, que pueden llegar en capacidad máxima a los 2.500, son atendidos por una tripulación compuesta por 634 efectivos.
El AidaLuna es la tercera de las naves de la Spynx-Klasse, compuesta hasta la fecha por el AidaDiva, el AidaBella, el AidaBlu y el AidaSol, y si bien su aspecto exterior no presenta diferencias con sus dos predecesores (sí difiere algo de los 2 últimos), lo cierto es que en cada unidad se realizan algunos cambios en lo referente a sus instalaciones a bordo. La principal novedad en el AidaLuna fue la inclusión de una gran pantalla en la cubierta de piscinas que permite su uso a modo de un gran cine al aire libre.
El pantallón.
(Foto: Meyer Werft)
(Foto: Meyer Werft)
La inusual grada te permite disfrutar de la peli más comodamente.
Ya sólo faltan las palomitas.
(Foto: autor desconocido)
La enorme pantalla está compuesta por 187.000 LEDS, tiene unas medidas de 7,17 metros de ancho por 4,03 metros de alto y permite ver películas a la luz de la luna (literalmente), pero mucho más. La pantalla tiene otros muchos usos: Desde mostrar las instalaciones a bordo del buque, jugar a la Wii, hasta espectaculares juegos de luz gracias a los 4 potentes cañones láser situados a los lados de la pantalla y amenizados por un Dj desde su particular cabina situada a escasos metros.
Pantalla multiuso. Desde jugar a la Wii...
...a disfrutar de espectaculares shows de luz y sonido.
(foto: Emfactory.de)
A la salida, con una gran puntualidad sobre el horario previsto, el AidaLuna repitió el ritual realizado justo una semana antes por su casi gemelo AidaBlu: misma hora, mismo destino (Le Havre) y mismo rumbo errático virando hacia Punta Herminia para luego volver a virar en dirección norte. Un zig-zag poco usual al que empiezan a acostumbrarme los buques de Aida Cruises pero que me complican enormemente la ubicación a la hora de hacer fotos. Tendré que mandarles un correo exponiendo mi queja formalmente...
Secuencia del particular "rumbo norte" que describió el AidaLuna a la salida de la bahía.